domingo, 24 de enero de 2010

Una lágrima.

Una lágrima, sin ruido, cae al piso y estalla, se expande y llena la habitación de tristeza o quizá nostalgia. Un halo de luz se refleja en ella, y por un momento trae una brisa calida. Su sola presencia denota la llegada de más lágrimas, como lo hace la primera gota que cae del cielo anunciado la tormenta.

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