martes, 5 de enero de 2010

El argentino quiere contar que le tocó las tetas a Pamela Anderson

Hace un par de años Pamela Anderson visitó Punta del Este. Cuando estaba caminando por la playa, rodeada por sus guardas espaldas, un grupo de personas (Bueh... "personas", más que personas, argentinos, y del peor tipo, argentinos de vacaciones en Punta del Este) se acercaron para ver más de cerca a la famosa actriz, que trataba de escapar entre preguntas de los cronistas de los noticieros. Lo que ocurrió fue que la mayoría fue a tocarle el culo y las tetas provocando que la señora huya enojada. Ahora yo me pregunto, ¿Con qué objeto ese grupo de argentinos fue a tocarle el orto y las tetas?
E aquí mi teoría. Yo creo que los argentinos gustan de hacer cosas que después puedan contar. No importa si con su acción salvan a la humanidad o realizan la mayor estupidez que un ser humano pueda llegar a hacer. Lo que importa es que lo puedan contar a sus amigos, parientes, etc., y si además de contarlo pueden tener una evidencia fehaciente, mejor aún.
Si volvemos a lo de Pamela Anderson podremos recrear una posible conversación entre dos argentinos:
Sujeto A: Boludo, te lo juro. Yo estaba en Punta del Este y le toqué las tetas a Pamela Anderson.
Sujeto B: Nah, no jodas. No te creo.
A: Mira (sacando un VHS del estante), te muestro.
B: ¿Ese sos vos?
A: Si. Te dije que le había tocado las tetas.
B: Sos un groso.

Vemos como el "sos un groso" confirma que la acción realizada es algo digno de ser contado.

1 comentario:

una sardina dijo...

Ah bueno, mirá quien volvió!!!!

dónde te habrás metido!

Número uno: gracias porque fuiste el que más comprendió el objetivo de mi último post, groso.

Número dos: Es completamente cierto lo que escribiste. Muchas cosas se valúan en el exacto momento en que uno las cuenta.