Después de reflexionar un buen rato me di cuenta que el reto de la vida es la persecución incesante de la perfección. No es alcanzar la perfección, ya que ésta es inalcanzable. Su busqueda constante e infatigable es la mismísima perfección. Es como un orgasmo. La pasas bien mientras estás garchando... pero cuando acabás son 2 o 3 segundos de gloria... después te querés ir a dormir.
Fuente: mi cabeza resacosa un lunes llovido a las 8 de la mañana mirando a Confesore (salvo la parte de "garchar"... eso no pasa viendo a Confesore)
1 comentario:
Te entiendo. Yo soy perfecta y vivo aburrida (?!).
Si buscas avanzar y lo mejor, pero no la perfección porque sabes que no vas a llegar o "no querés llegar", sos mediocre?
No se me ocurre un personaje que haya llegado a la perfección como para ver qué hizo después.
Salut!
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